González - García, V. (2014). Innovar en docencia universitaria: algunos enfoques pedagógicos. InterSedes, 15(31), 51-68. Recuperado septiembre 1, 2020, de:
http://www.scielo.sa.cr/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2215-24582014000200005&lng=en&tlng=es.
Innovar en docencia universitaria: algunos enfoques pedagógicos
Resumen
Las transformaciones sociales que estamos experimentando, afecta
indiscutiblemente los espacios educativos formales y los "mueve y
sacude" de manera tal que podemos encontrar estudiantes sin interés en lo
que aprenden y concentrados en "ganar el curso" más que en aprender.
Muchos y muchas docentes experimentan en sus aulas sin lograr que sus
estudiantes construyan aprendizajes significativos, aunado a la poca formación pedagógica
que tienen, lo cual les genera inseguridad y desconocimiento, limitando la
creatividad didáctica y promoviendo, sin desearlo, una "educación
bancaria" y por tanto la repetición de contenidos con poca o ninguna
reflexión y/o aplicación práctica que estimule el pensamiento crítico. A partir
de algunos aportes pedagógicos teóricos, la presente ponencia comparte algunas
preguntas y una reflexión en torno a las rutas posibles para la innovación en
la docencia en relación con algunos enfoques pedagógicos y con la posibilidad
de responder ¿cuál enfoque pedagógico ha prevalecido en las lecciones que
imparto? ¿Cuál enfoque pedagógico debería prevalecer en las lecciones que
imparto? ¿Cómo descubrir el enfoque pedagógico inserto en el perfil profesional
de la carrera en que participo?. Todo lo anterior con el propósito de ofrecer
insumos para la reflexión en torno a la propia práctica pedagógica y enriquecer
los criterios teóricos al momento de desarrollar innovaciones pedagógicas en
las aulas universitarias.
Introducción
En el ámbito educativo costarricense existe consenso, al menos
generalizadamente, para concluir que las características del estudiantado
costarricense actual se han transformado, significativamente, con respecto a
décadas anteriores, por cuanto no llegan con la actitud tradicional,
pasivo-receptora de conocimientos, sino que ahora están más alertas, cuentan con
más información, tiene más criticidad, no solo acerca del contenido que reciben
en las aulas sino también acerca de la forma como sus docentes les proponen
aprender. La educación superior no escapa de esta realidad.
Una de las razones de este cambio puede encontrar su raíz en el cambio de época
histórica que experimenta la humanidad en general y Costa Rica en particular.
Producto de esa transición histórica, se han transformado todas las relaciones
interpersonales, tanto en el ejercicio del poder, en la producción, en los
modos de vida y en las transformaciones de la cultura (Álvarez, Mato,
Santamaría, Cheaz y De Souza Silva, 2005). Lo anterior, evidentemente, incluye
las relaciones interpersonales "pedagógicas" es decir, las relaciones
docentes - estudiantes generadas en el espacio universitario. Comprender esta
dinámica es un ejercicio necesario para imaginar respuestas pertinentes que
promuevan al estudiantado espacios de interacción formativa (González, 2010, p.
61) en los procesos de aprendizaje.
En este trabajo se comparte con docentes de educación superior, la posibilidad
de innovación docente a partir del conocimiento de algunos enfoques pedagógicos
y sus características, para lograr ser partícipes activos de las
transformaciones pedagógicas necesarias para contribuir con la formación de
profesionales en pro perfil profesional esperado. Una vía para lograrlo es la
transformación de las estrategias didácticas. Sin embargo, para hacerlo
exitosamente, es necesario, en primer lugar, conocer el perfil de salida
esperado de la carrera en la que somos docentes, dilucidar el enfoque
pedagógico implícito en ese perfil, conocer ese enfoque y sus premisas
pedagógicas e imaginar estrategias didácticas que respondan a estos cambios.
De tal manera que, en un primer momento se compartirá con las y los lectores,
un esbozo acerca del momento histórico que experimentamos que nos presiona a
innovar en nuestros cursos y promover los aprendizajes significativos. En un
segundo momento, se compartirá una síntesis de algunos enfoques pedagógicos,
sus principales exponentes y sus principios que orientarán la toma de
decisiones didácticas, para finalizar con una serie de reflexiones que pueden
ayudar a realizar estas transformaciones de forma cuidadosa, rigurosa y
responsable.
¿Por qué hoy en día, y antes no, el personal
docente universitario necesita innovar sus estrategias didácticas para promover
que sus estudiantes construyan aprendizajes significativos?
El ocaso de la época del industrialismo, producto de varias revoluciones
simultáneas (la económica, la tecnológica y la sociocultural) generó cambios en
las relaciones sociales, en la globalización tanto económica como científica y
tecnológica, las nuevas formas de comunicación, la reorganización de los
Estados - Naciones y las relaciones humanas en general. El conocimiento (que es
diferente a estar informado) se ha privilegiado como fuente fundamental para el
desarrollo; por esta razón, la universidad pública latinoamericana, como
espacio idóneo para generar y fomentar el conocimiento científico-tecnológico,
las artes y las humanidades, tiene una gran responsabilidad en esta tarea.
Responsabilidad que nos expone a tomar decisiones en un contexto incierto, cambiante
y con principios y valores de acuerdo con la visión de mundo con la cual
estamos más identificados.
Ante la consolidación de la época histórica emergente, el informacionalismo
(Castells, 2002), caracterizada, entre muchas otras cosas, por la producción
masiva de tecnologías digitales - y en los últimos años, móviles - y el acceso
a la información que éstas ofrecen, la relaciones interpersonales están
experimentando transformaciones muy importantes a partir de una premisa clave:
la información deja de ser solamente un insumo, para convertirse en insumo y en
producto. En otras palabras, un mundo en que el acceso a la información se
traduce en el poder de transformación. Al respecto De Souza Silva (Comunicación
personal, 29 de Octubre de 2009) nos dice que ya no es necesario caminar por el
mundo para conocerlo y esto se aplica, en gran medida, a la población
estudiantil de la Universidad de Costa Rica (UCR). Incluso el estudiantado que,
por alguna razón, no tiene acceso a estas tecnologías, está experimentando
transformaciones en sus contextos, no solo porque a nivel nacional existen
espacios con acceso a algún tipo de tecnología de información, sino también
porque hasta los teléfonos móviles o "celulares" cuentan con servicio
de Internet y es este tipo de dispositivo el que es más se observa en las aulas
universitarias. Más del 90% de los hogares costarricences cuenta con, al menos,
un teléfono celular (Ministerio de Ciencia y Tecnología y Telecomunicaciones,
2012, p. 2)
Nuestros y nuestras estudiantes también han estado experimentando este fenómeno
y, a diferencia de nosotros, en periodos sensibles de la formación de sus
personalidades. Es decir, ya conocen las "sin fronteras" del
conocimiento, conocen el dinero plástico, les ha correspondido ver la inclusión
de las personas con alguna discapacidad, la globalización económica y cultural,
y otras. Las generaciones anteriores, de las cuales han emergido muchas
personas que en la actualidad son docentes universitarios, aprendieron en
contextos y con recursos diferentes a los actuales, estableciendo una brecha
entre nuestros procesos de aprendizaje y los de los estudiantiles. Y es por
esto que, como plantea De Souza (Comunicación personal, 29 de Octubre de 2009),
"debemos innovar la forma de innovar", imitar los patrones docentes
que experimentamos al ser estudiantes ya no es suficiente. A partir de lo
anterior, se infiere que la crisis generalizada por la actual transición
histórica, afecta los espacios pedagógicos formales de la Universidad de Costa
Rica, los "mueve y los sacude" observándose síntomas como:
presencia en las aulas de un estudiantado que, en su mayoría, carece de interés
por aprender y se concentra en "ganar el curso",
docentes experimentando y creando, por intuición y creatividad en sus aulas,
sin lograr sus estudiantes construyan aprendizajes significativos,
un personal docente universitario con poca o ninguna formación pedagógica, lo
que les genera inseguridad y desconocimiento, limitando la creatividad
didáctica y promoviendo, sin desearlo, una "educación bancaria"
(Freire, 1970, p. 33) y por tanto la repetición de contenidos con poca o
ninguna reflexión y/o aplicación práctica que estimule el pensamiento crítico.
De manera generalizada, puede afirmarse
que durante la época histórica que recién abandonamos, el industrialismo,
prevalecieron principios pedagógicos con una visión mecánica del aprendizaje,
cuya prioridad fue formar conocedores de teoría construida por científicos, sin
criticidad y con la finalidad de aportar a un sistema que no necesitaba ser
cambiado, sino más bien fortalecido. En cambio, experimentar esta transición
histórica, presiona a las personas a desarrollar habilidades distintas con
respecto al contenido o conocimiento que reciben. El contexto es dinámico, la
metáfora de la está obsoleta máquina (De Souza Silva, 2010) y las personas
necesitan, además de conocer, interpretar, relacionar, crear, analizar,
sintetizar, entre otras, para responder a los desafíos que sus contextos les
presentan. Por eso las teorías pedagógicas creadas en la época del
industrialismo deben revisarse críticamente, para comprender el tipo o perfil
de ser humano que se proponían desarrollar y adoptar posturas teóricas
pertinentes al contexto actual, haciendo una pregunta fundamental: ¿Qué tipo de
ser humano propone esta teoría? ¿Qué entiende por aprendizaje esta teoría?
Es muy probable que el personal docente universitario esté constituido por
personas atentas al mundo de la disciplina que enseñan y que desean promover en
el estudiantado los mejores aprendizajes posibles. Sin embargo, para lograrlo
no hay recetas, aunque si pueden construirse rutas creativas para lograrlo. Los
y las docentes de la educación superior necesitan promover que sus estudiantes
se asuman como seres capaces de generar cambios sociales, saberse capaces de
generar transformaciones. En ese sentido, se puede entender a la docencia como
el proceso planificado e intencionado, por el o la docente, hacia la promoción
de los aprendizajes significativos y la construcción de conocimientos, el
desarrollo integral del ser humano, el desarrollo de un pensamiento crítico,
científico y creativo, así como la formación de valores humanísticos,
caracterizado por el trabajo en equipo, la responsabilidad compartida y la
solidez teórica.
Además, siendo que, en la UCR, la investigación y la acción social, son también
quehaceres sustantivos de los procesos de aprendizaje, se hace necesario
reflexionar en torno a estos conceptos. En el caso de la investigación, puede
entenderse como la constante elaboración de preguntas y la búsqueda de
respuestas, siendo fundamental la lectura constante de la realidad, de otros
aportes teóricos y de la relación entre la teoría y la práctica. Concretamente
hablando, sería dar espacios para que el estudiantado plantee sus problemas y
construya sus respuestas, con la mediación docente. La Acción Social, por su
parte, la conceptualizo como la interacción de saberes entre la universidad y
la sociedad, que se concreta en la participación de la Universidad de Costa
Rica en diferentes iniciativas sociales, comunales, organizacionales. Es decir,
que el estudiantado pueda realizar prácticas académicas (talleres,
laboratorios, trabajos de campo, etc.) en respuesta a necesidades existentes en
las comunidades, organizaciones o instituciones con las que se tiene relación
académica. La investigación enriquece la docencia mediante la construcción de
nuevos conocimientos que pueden ser validados en comunidades mediante la acción
social y en la interacción con los participantes, en una relación compleja
entre docencia, investigación y acción social. En otras palabras, en los cursos
de la UCR, sería enriquecedor que se planifiquen actividades en las cuales los
y las estudiantes construyan saberes que otros han construido (docencia), confrontarlos
con la realidad (acción social) y trascenderlos para construir sus respectivas
respuestas (investigación). Esto convertiría a los cursos, y a sus docentes, en
verdaderos agentes de cambio social, formando líderes en Costa Rica. Un gran
desafío para la docencia universitaria...
¿Qué entender al respecto? Algunos
referentes teóricos iniciales
Tres conceptos son esenciales en el momento de analizar la innovación
pedagógica. En primer lugar, se hace necesaria una comprensión básica de la
pedagogía, en segundo lugar, una definición de Innovación y en tercer lugar,
nuestra comprensión alrededor del concepto de enfoque. Finalmente podríamos
concluir que entendemos por enfoques pedagógicos para innovar.
Definiendo pedagogía:
La pedagogía puede entenderse como una ciencia o como una disciplina. Asumir
una posición al respecto podría parecer innecesario, sin embargo hacerlo nos
orienta en la toma de decisiones y comprensiones que realicemos de los procesos
pedagógicos.
Para efectos de este trabajo, comprendo la pedagogía como una ciencia,
partiendo del siguiente hecho: la pedagogía tiene un objeto de estudio (la
educación), un método de estudio (interpretativismo) y una producción teórica.
En palabras de (Pérez, 1988, p. 32) "La pedagogía comenzó a ser aceptada
como ciencia en el siglo pasado. El filósofo - pedagogo alemán Johann Friedrich
Herbart (1776 - 1841) organizó y planteó la pedagogía como ciencia,
fundamentándola en la filosofía y en la psicología. Hoy es considerada una de
las Ciencias Sociales". (Pérez, 1988), al asumir la pedagogía como una
ciencia, plantea que "ciencia de la educación y pedagogía son
sinónimos" y que es ciencia
...porque tiene su propio objeto área de estudio, su propio método y porque se
fundamenta en leyes comprobables o en principios o teorías generalmente
aceptadas. La educación, o el proceso educativo, es el objeto, el elemento
estudiado por la pedagogía. Su método es el análisis científico, como lo
aplican las ciencias sociales, del proceso educativo en forma integral y hace
suyas ideas de Luzuriaga (1966, citado en Pérez, 1988, p. 33) para afirmar que
ese método "comprende la observación, la experimentación, el análisis y la
síntesis, la inducción y la deducción, la comparación, el método estadístico,
el método genético, el método de los tests y el método de la comprensión".
La pedagogía, al igual que otras ciencias, no es aislada sino que se nutre y
nutre otras ciencias. La psicología, la sociología, la biología son ciencias
que analizan al ser humano desde otra perspectiva, en tanto la pedagogía piensa
en el proceso educativo del ser humano. Esto significa que estudia todas las
manifestaciones sociales en las que se intercambia y construye conocimiento. En
este sentido, estoy de acuerdo con Pérez (1988, pp. 32-34) cuando afirma que lo
singular de la pedagogía es que es la única que se dedica exclusivamente al
estudio del fenómeno educativo y de sus consecuencias sociales. Para él la
ciencia pedagógica tiene algunas características:
Es descriptiva, tomando en cuenta múltiples puntos de vista (psicológico,
sociológico, biológico).
Es normativa, porque da recomendaciones acerca de los procesos educativos.
Responde a necesidades sociales y a sus intereses para el logro del modelo de
sociedad deseado, en cuya construcción las y los educadores tienen un rol muy
importante.
No es autónoma, sino que al nutrirse del aporte de los conocimientos de otros
campos, es interdependiente con otras ciencias. Además integra conocimientos
particulares de las demás ciencias sociales y naturales, como por ejemplo las
teorías de aprendizaje, teorías del desarrollo humano, efectos de la pobreza en
el desarrollo, nutrición humana, otras.
Es dialéctica, no es estática, renovándose continuamente.
Orienta el sistema educativo de los países, brindando premisas pedagógicas para
desarrollar el trabajo en los diferentes espacios educativos y en los temas de
formación continua de las y los docentes.
La comprensión de sus pilares fundamentales (Filosofía de la Educación,
Psicología de la Educación, Sociología de la Educación y Didáctica), es indispensable en
el ejercicio de la docencia.
Aunado a lo anterior, la pedagogía tiene un carácter transdisciplinario, lo
cual le da el potencial para acercarse a la realidad y a la solución de los
problemas humanos, mediante la posibilidad de integrar sus tres pilares
fundamentales: la lógica del tercer incluido, los distintos niveles de realidad
y el pensamiento complejo (González, 2014) aspectos que no son el objetivo de
este trabajo, sin embargo fundamentales para enriquecer los métodos de
investigación en pedagogía.
El proceso de reflexión en torno a la pedagogía necesita una dirección que, en
el caso de la educación superior, es el perfil profesional que se desea formar.
Lo anterior por varias razones: 1. El perfil profesional es producto de una
reflexión disciplinar y epistémica realizada previo a crear cualquier propuesta
curricular, 2. Al perfil profesional docente le subyace un enfoque pedagógico y
3. Es ese enfoque pedagógico el que debería prevalecer en las aulas de cada
carrera.
Conceptualizando innovación:
Innovar hace pensar en una acción nueva, creativa, novedosa. La palabra, según
el Diccionario de la Real Academia, nos lleva a pensar en algún tipo de
transformación, al decir que innovar es "mudar o alterar algo,
introduciendo novedades" (Real Academia Española). Asimismo, la innovación
está fundamentada en un componente creativo y requiere constructores, no
seguidores, de caminos. Esta moviliza la imaginación, la capacidad y el
compromiso de los que desean construir "algo diferente", o
"hacer de forma distinta" lo que se hace de forma ordinaria. La
innovación es para los insatisfechos con el estado de las cosas. ... La gestión
de la innovación privilegia la "pedagogía de la pregunta" qué forma
constructores de caminos, no la "pedagogía de la respuesta" que forja
seguidores de caminos. (De Souza Silva et al., 2005, p. 52).
De lo anterior se desprende la importancia de mirar el contexto y tomar la
decisión de actuar en él. En el caso de la docencia universitaria, esta
innovación puede surgir a partir de la interacción social docente-estudiante,
por lo que es un proceso colectivo experimentado por las personas que serán
impactadas por la innovación. En este sentido, cabe que las personas lectoras
de este trabajo se pregunten: ¿es esta definición de innovación la que pretendo
asumir para transformar los espacios pedagógicos que desarrollo con mis
estudiantes?, ¿esta definición me da espacio para asumir mi docencia con mis
características personales y mi posición pedagógica?, ¿esta definición de
innovación es inclusiva, no solo incluyendo la diversidad de personas y sus
modos de aprendizaje sino también la inclusión de nuevos recursos didácticos,
cómo son la tecnología digital y sus posibilidades comunicativas?
Asumiendo un enfoque
El enfoque es la "acción y efecto de enfocar" y enfocar es
"dirigir la atención o el interés hacia un asunto o problema desde unos
supuestos previos, para tratar de resolverlo acertadamente" (Real Academia
Española). Lo anterior significa que, para encontrar los enfoques pedagógicos,
debe, por una parte, contar con algunos supuestos previos, para,
posteriormente, revisar las propuestas teóricas al respecto del problema por
analizar y reconocer de alguna manera los aportes con los cuales existe mayor
identificación. Desde el punto de vista del ejercicio de asumir un enfoque
pedagógico, la persona docente se coloca en la coyuntura de incluir y excluir
premisas pedagógicas. Tal y como cuando se enciende un foco y alumbra
determinadas cosas manteniendo oscuras otras, en el caso de un enfoque
pedagógico se trataría de que, para cada enfoque pedagógico, se reconozcan sus
respectivas premisas pedagógicas así como los posibles resultados de la puesta
en práctica de dichos enfoques.
Siempre, ya sea consciente o inconscientemente, asumimos como docentes, un
enfoque pedagógico determinado. La tarea es descubrir nuestro enfoque y el que
debería caracterizar la carrera en la cual se trabaja. Para lograrlo, inciden
dos importantes factores: por una parte la elección personal, es
decir aquel enfoque con el cual se siente identificación de acuerdo con el
concepto que cada docente tenga acerca de los procesos de aprendizaje y, por
otra parte, la dirección pedagógica que subyace en el proyecto
curricular en el que participamos. En el caso de la educación superior, es útil
asumir el perfil profesional del proyecto curricular en el que participamos
como docentes, siendo que las propuestas curriculares se ven concretadas en los
perfiles profesionales que se intentarán formar en todos los cursos que
integran un plan de estudios o malla curricular.
Enfoques pedagógicos para innovar
Por lo tanto, a partir de las tres conceptualizaciones anteriores, cada docente
que desee innovar en sus aulas, podría plantearse la siguiente premisa
orientadora: asumir un enfoque pedagógico implica:
1. Ser consciente de las actividades pedagógicas que da más gusto realizar.
2. Determinar cuál es el enfoque pedagógico favorito, lo cual implica conocer
algunos enfoques pedagógicos básicos para tener insumos en el momento de
elegir.
3. Encontrar el enfoque pedagógico base del perfil profesional de la carrera en
la cual se colabora.
4. Conocer, como punto de partida para innovar, las principales características
didácticas de ese enfoque.
5. Buscando la coherencia entre el mandato curricular y la postura pedagógica
personal.
Para lograr estos pasos, se ofrece a continuación la Tabla N.1, con una síntesis de enfoques
pedagógicos para reconocer el que genera más identificación y el enfoque
pedagógico que fundamenta el perfil profesional. De manera que la persona que
utiliza esta tabla podrá reconocer su propio enfoque pedagógico, reconocer el
enfoque pedagógico de la propuesta curricular, y, algo mucho más importante, si
su enfoque es diferente al enfoque de la carrera en que participa. Esta tabla
presenta tres enfoques pedagógicos: conductismo, cognitivismo, crítico. Para
cada enfoque presenta cuatro aspectos: 1. la definición de enfoque pedagógico,
hecha con base en cuatro aspectos: conocimiento - aprendizaje - procesos
mentales desarrollados, principal exponente y algunas premisas pedagógicas,
este último con el fin de contar con referentes para quien desee profundizar en
el enfoque. 2. algunos aspectos didácticos del enfoque o rol docente, de manera
que quien lee pueda "encontrarse" en algún enfoque. 3. el rol del
estudiantado y 4. características que tendría un perfil profesional si
estuviera hecho con ese enfoque.
Guiándonos para innovar: mente en acción
La Tabla N.1 ofrece la síntesis de algunos
enfoques pedagógicos y de los resultados de su aplicación, con el fin de
orientar la toma de consciencia acerca del enfoque pedagógico personal y el de
la carrera.
Tips finales: manos a la obra
La educación superior se ha caracterizado por la transmisión o "depósito
de saberes" a los futuros profesionales y la educación, o mejor dicho el
acto pedagógico, fuertemente desarrollado en la época del industrialismo, se
concentró tradicionalmente en la idea de que el conocimiento relevante y
pertinente para la sociedad era aquel que, construido por "quienes tenían
la verdad", debía ser "entregado" a los seres humanos
aprendices, que no tenían el conocimiento, mediante procesos pedagógicos
academicistas, concretados en las aulas de las instituciones educativas.
Sin embargo, el acto educativo no es únicamente el hecho de "entregar
conocimiento". La educación es un proceso social complejo, en el que no
sólo interviene el factor "contenido por entregar", sino mucho más
que eso, es multifactorial. En este acto inciden tanto el profesorado, el
estudiantado, la infraestructura, las personas en su contexto, el ambiente, así
como la dinámica de interacción entre estos factores. Aunado a lo anterior, el
impacto de las tecnologías de la información y la comunicación en la educación
superior acerca los "saberes" a las personas, de manera que el
"aula" universitaria ya no es el único lugar para intercambiar
saberes. Ahora el desafío para la educación superior es que los y las
estudiantes construyan habilidades para pensar, discriminar, elegir, plantear y
solucionar problemas y responder en un mundo variable y lleno de incertidumbre.
En el proceso educativo, todas aquellas personas que participamos en él,
comprometida con lo mejor que podamos hacer, debemos comprender que para
innovar en educación no hay recetas. Es posible construir rutas para la
innovación, he aquí algunas premisas:
Transformando los espacios académicos docentes en espacios de investigación
pedagógica, de manera tal que definamos nuestro objeto o pregunta por resolver,
así como un método para innovar, con creatividad e imaginación, autoevaluación
y rigurosidad académica.
Los espacios del aula o ambiente de aprendizaje (giras, prácticas,
conferencias, otros) podrían constituirse en espacios para la "interacción
formativa", es decir, espacios de diálogo, de "intercambio de ideas,
emociones, pensamientos, intuiciones, argumentos, opiniones y saberes, mediante
el cual elaboramos nuestra personalidad, no solo personal, sino
profesionalmente" (González, 2010, p. 61), en los que prevalezcan las
relaciones horizontales, respetuosas, interesantes y desafiantes.
Ahora bien, es imaginable que a los y
las docentes les surja la inquietud acerca del modo para empezar a innovar.
¿Cuál es la estrategia más segura para no exponer los procesos de aprendizaje
estudiantiles? ¿Qué debo hacer para innovar en mis cursos, evaluarme, aprender
y ser mejor docente?
Lo primero podría ser el preguntarse: ¿cuál enfoque pedagógico que pongo en
práctica en los diferentes cursos que imparto? ¿Qué entiendo por aprendizaje?
¿Cuál es mi rol en el aula? ¿Cuál es el rol de mis estudiantes en el aula? ¿Qué
tipo de recursos utilizo y qué tipo de evaluación realizo? Las respuestas
pueden grabarse o escribirse. Es importante que no sean largas respuestas, sino
más bien, que reflejen los aprendizajes docentes construidos con la
experiencia.
Lo segundo es preguntarse: ¿Cuál es el perfil profesional de la carrera que
imparto? ¿Cuáles son las características y habilidades que desarrollará como
profesional? ¿Cuál es el enfoque pedagógico que debería prevalecer en los
cursos de la carrera para responder a la formación de ese perfil profesional?
Lo tercero sería responderse ¿Es el enfoque pedagógico que practico diferente
al enfoque pedagógico que debería ser de acuerdo al perfil profesional? ¿es
igual?.
Cuando se ha respondido estos tres aspectos, y con base en la tabla propuesta,
previo a iniciar innovaciones en las aulas, el o la docente requiere definir lo
siguiente:
1. De los cursos que imparto, ¿cuál es la peor clase que imparto? ¿cuál es la
que menos me gusta? La respuesta a esta pregunta determina la clase para
empezar a innovar.
2. ¿Con cuáles colegas de la Facultad o Escuela sentiría comodidad, confianza y
acompañamiento para innovar?. Esas personas son a las que habría que invitar a
pensar colectivamente las innovaciones y definir el plan de trabajo para
innovar. Este paso podría obviarse y que la persona realice el proceso en
solitario, sin embargo, se perdería de los aportes de la otras personas, así
como de su mirada externa, muy importante para autoevaluarse.
3. ¿Con cuál enfoque pedagógico voy a trabajar? ¿Qué tipo de actividades pueden
desarrollarse en el aula con base en ese enfoque?
4. ¿Qué recursos necesito para realizar las actividades de innovación que
planeo?
5. ¿Qué aspectos deben ser evaluados para conocer el impacto de la innovación
en torno al cumplimiento del perfil profesional y mejorarla en un próximo
curso? Puede construirse una guía de observación o cuestionario para que
contesten los estudiantes y los docentes que participan en la innovación.
6. De acuerdo con las guías de observación o cuestionarios ¿Qué factores pueden
ser mejorados para la próxima innovación? Analizar si lo logrado lo acerca al
cumplimiento del perfil profesional y determinar qué mejoras deben hacerse en
el siguiente curso.
La innovación en las aulas universitarias no puede, ni debe, ser fruto de la
espontaneidad únicamente, ni de la casualidad. Es necesario que sean pensadas,
planeadas, evaluadas y constantemente mejoradas en pro del cumplimiento del
perfil profesional en formación. Este es un proceso infinito de reconstrucción
de la docencia y por lo tanto de su fortalecimiento, lo cual indiscutiblemente
traerá consecuencias positivas, como la posibilidad de publicar los
aprendizajes, el intercambio con otros y otras docentes que innovan en sus aulas,
el desarrollo de conversatorios, congresos o simposios sobre la enseñanza de la
disciplina.
Bibliografía